En 1950 Armando Pardini tuvo la fabulosa idea de poner sus conocimientos tecnológicos y vasta experiencia al servicio de lo que hoy llamaríamos un nuevo emprendimiento.

Eran tiempos difíciles y eligió empezar por un producto hidrófugo. En ese entonces no sabía que ése sería el primero de muchos otros productos; que con el mismo espíritu, fueron surgiendo para cubrir las diferentes necesidades del mercado de la construcción.

Sabía que desde el lugar de un emprendedor, no sería fácil ganarse un espacio en la industria. Por eso, se abocó a la calidad. Y el tiempo le dio la razón.

El boca a boca y las recomendaciones sumaron mucho. Y así fue creciendo la familia… Pronto se sumaron adhesivos, revestimientos y pinturas.

Años más tarde Mario Díaz incorporó tecnología y una visión innovadora para encontrar cada vez mejores soluciones para la construcción. Esa pasión que supo instalar sigue latiendo en quienes hoy somos parte de Revestimientos El Inca.

Tantos años después de aquel primer hidrófugo, continuamos trabajando con el mismo espíritu de calidad e innovación que nos caracterizó siempre.